En primer lugar la alimentación es necesaria para la vida, así que la alimentación debe cubrir los requerimientos nutricionales básicos para nuestro organismo, y en las proporciones adecuadas para cada estado fisiológico, es decir, los alimentos deben aportarnos todos los nutrientes que necesita nuestro cuerpo dado que algunos de los nutrientes esenciales para la vida y las reacciones metabólicas que se llevan a cabo en nuestro organismo, no las sintetizamos (“fabricamos”) en nuestro cuerpo.
Así mismo la alimentación también cumple una función emocional y social, por lo cual debe ser variada, colorida y satisfacer a todos nuestros sentidos y a ser posible disfrutarla junto con otras personas en un ambiente agradable, tranquilo que nos permita disfrutar del momento en el que compartimos los alimentos.
La alimentación sana debe ser higiénica, por lo cual deberá preparase con medidas básicas de higiene y con técnicas culinarias que minimicen las perdidas nutricionales.
¿Como logramos todas estas acciones? Es sencillo, escojamos alimentos frescos y de calidad, conservémoslos en sitios adecuados a las temperaturas correctas, preparémoslos con las técnicas mas apropiadas para tener las menores perdidas nutritivas, sirvámoslos y combinémoslos de tal manera que sean agradables a la vista y al paladar, démonos tiempo para comer, sin prisas, en compañías agradables..
Una dieta saludable debe ser variada, comer sano no tiene que ser aburrido, debemos poner atención en hacer paltillos diferentes, coloridos, nuevos, probar y experimentar en la cocina, presentarlas a nuestros comensales de forma agradable, divertida incluso..
Primeros consejos sencillos para alimentarse sanamente
Consumir por lo menos 3 raciones de frutas al día, y es posible, una muy sana costumbre es comerla antes de las comidas, con ello favorecemos la segregación de ácidos gástricos ayudando a la digestión ulterior.
Consumir por lo menos 3 raciones de verduras, crudas y cocidas.
Incluir en cada comida dos o tres raciones de cereales, tipo pasta, arroz. Limitar el consumo de pan al desayuno. Preferir alimentos integrales, por su alto contenido de fibra*
Incluir en desayuno y comida dos raciones de alimentos ricos en proteína, como carnes, pescados, legumbres o productos lácteos.
Utilizar cantidades mínimas de productos altos en grasa, como mantequillas, margarinas, mantecas; evitar las preparaciones fritas.
Evitar el consumo de azucares, caramelos y productos elaborados.
* La fibra, no se considera un nutrimento o nutriente dado que no tiene aporte calórico, es un alimento fundamental para el buen tránsito intestinal.
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